…no te olvidás nunca.

Hoy estuve todo el día con ganas de cambio. La tormenta de Santa Rosa fue un fiasco, lo más impresionante fue un rayo cuyo estruendo duró casi medio minuto, después algo de lluvia y un viento suave.

Pasa la tarde, un rato mirando pavadas, otro rato con los apuntes de la facultad. Me doy una ducha antes que haga mas frío y mientras me seco miro otra vez el pelo. Está hecho un desastre, muy maltratado. Miro, miro y miro… por qué no? A cortar!

A todo esto no me corto el pelo solo desde que lo tenía largo (o sea, por la cintura). Me sentí muy torpe tratando de coordinar la tijera frente al espejo. Ya que estaba (y para no seguir en la lucha por emparejar todo) decidí dejar de lado por un tiempo la simetría que tanto me gusta. El lado derecho con oreja al descubierto y el izquierdo tapadito. Ahora con el pelo seco veo que hay que darle un par de retoques más pero me gustan los rulos que se me están haciendo.