Estamos los dos juntos, cada uno en su mundo, pero mas unidos que nunca.
“che no doy mas del sueño, me duermo un rato” – Le digo, y me recuesto sobre su espalda para dejarme llevar hacia un agradable y profundo sopor.
Como si nada sigue chiqui que chiqui tejiendo. Mas tarde (horas quizás?) vuelvo en mí, si bien tengo los ojos cerrados creo percibir todo. Estás haciendo otra cosa. Me quedo escuchando mesmerizado, sabiendo que no te percataste de que estoy pendiente de tus acciones.
Justo cuando decido por fin despertar comenzás a moverte y me acomodás suavemente contra el respaldo. Siento tu respiración recorriéndome el cuello para luego cesar abruptamente. Seguís ahí?
“hola.”
Abro los ojos y te encuentro.